Cerco de Zamora
En el año 1072, Urraca de Zamora reina merced a la herencia de su padre Fernando I de León. Sin embargo el primogénito Sancho II de Castilla pretende este reino, y ataca a su hermana.
Tras un asedio que duró siete meses, Bellido Dolfos, al servicio de la ciudad, acabó con la vida de Sancho y dio por finalizado el cerco.
Cerco de Zamora |
Periodo de Esplendor y Repoblacion
Este periodo histórico medieval deja un cierto número de ejemplos de muestras de arte romanó en la provincia. El norte de la Península Ibérica inicia su desarrollo económico a partir del siglo XI con un concepto como el feudalismo. Una de las claves del motor de este auge fue el Camino de Santiago, vía que no solo facilitó el acceso de peregrinos europeos hacia Santiago de Compostela, sino que además favoreció el asentamiento de comerciantes y artesanos europeos en los principales núcleos de población de la ruta Jacobea. La repoblación de la zona continúa en el siglo XII, y con ello las principales ciudades continúan creciendo en tamaño. En Zamora se define, ya en el siglo XIII, el denominado segundo recinto. Se documenta la existencia de Francos en 1092 que se establecen en la ciudad de Zamora, en buena parte eran mercaderes y artesanos. Invitados por Raimundo de Begoña yerno de Alfonso VI con el objeto de repoblar la ciudad. Dejando constancia de su existencia en la actualidad el nombre de la calle: "Rúa de los Francos".
Desde el dominio de los Suevos se conocía a Benavente con el nombre de Ventosa, hasta que en el siglo XII la villa toma el nombre de Malgrat y aparece vinculada al proceso de repoblación del territorio emprendido por los monarcas leoneses. La repoblación de Malgrat fue llevada a cabo por Fernando II de León en 1164 concediendo un fuero que tres años más tarde fue renovado y ampliado: Fueros de Benavente. Este monarca reunió cortes en la fortaleza de la villa, repobló de gente el terreno e incluso llegó a morir en la ciudad. Se inician grandes obras civiles en Zamora, entre ellas la construcción del Puente de Piedra (Puente Nuevo), que sería el segundo de la ciudad tras el Puente romano.
Fernando II de Leon |
Construcción de la catedral
La construcción de la catedral se atribuye al obispo Esteban, sucesor de Bernardo, levantada seguramente sobre el local de la anterior, en lo mejor de la ciudad, junto al castillo, y patrocinada por Alfonso VII el sabio y su hermana, la infanta-reina Sancha Raimundez. Respecto a las fechas de inicio y final de las obras de la catedral, no hay acuerdo entre los autores, si bien existen una serie de datos que permiten hacer algunas precisiones.
Tradicionalmente se ha admitido que la fábrica se alzó de un solo tirón en tan solo 23 años (1151-1174), como parece atestiguar un epígrafe situado en el extremo norte del crucero en el que se copiaron otros más antiguos referentes a la breve historia de la catedral y epitafios de los tres primeros obispos. El que nos interesa dice así:
«Esta casa se hizo sobre la salomónica que la precedió. Aquí añadid la fe. Y esta casa sucede a aquella por su magnificencia y coste. Se realizó en veintitrés años desde que se cimentó. Se consagró con la ayuda del Señor el año MCLXXIII, teniéndose a Esteban por su constructor».
Recientes y meticulosos análisis de la documentación existente han permitido asegurar que las obras, al menos las de cimentación, estaban ya en marcha en 1139, en tiempos del obispo Bernardo y que, a su muerte, ya estaban edificadas la cabecera, nave meridional y portada de este lado pues fue enterrado en el lado sur, correspondiendo la continuación de la construcción a Esteban que la consagró en 1174, aunque este último detalle no supuso la terminación de las obras, ya que las mismas continuaron durante el obispado de su sucesor, Guillermo (1176-1192), que levantaría el transepto y el cuerpo de la iglesia, en tanto que el claustro y la torre estaban en obras en el primer tercio del s. VIII.
La insólita celeridad de su edificación se tradujo en una unidad de estilo poco frecuente en aquel siglo y en una extrema austeridad decorativa, más propia de lo cisterciense que de otros templos coetáneos de la península. Aun así, se proyectó según los cánones borgoñones clásicos y, sobre su marcha, se introdujeron sustanciales novedades en la cobertura por influencia cisterciense y oriental. Las bóvedas de ojivas de su nave central son de las más tempranas de España y anuncian ya el gótico. Un sólo maestro, anónimo como es habitual, la proyectó y dirigió su construcción. Para Gómez-Moreno era foráneo y figura de primer orden, seguramente francés traído por el obispo Bernardo, y hubo de estar en contacto con los maestros al servicio de los normandos en Sicilia, donde los orientalismos estaban al orden del día. Sin embargo, no se le puede identificar con el "Guillermo maçonerius" o el "Munendo pedreyo" que figuran en documentos de la época, ni tampoco con el "magister Oddo" que aparece dirigiendo los trabajos en 1182. Su personalidad habría de imponerse a otras en otras construcciones del valle del Duero, especialmente en Toro, Salamanca, Ciudad Rodrigo y Benavente. En las últimas fases debió intervenir el maestro Fruchel cuya presencia está documentada entre el 1182 y 1204
Denominada en algunas ocasiones como la perla del siglo XII de estilo bizantino y claustro para canónigos que respeta la orden de San Benito, fue inaugurada oficialmente el 15 de septiembre de 1174. La construcción de este templo inspiró en el siglo XII a otros edificios cercanos como fue la Colegiata de Santa Marina la Mayor (La denominada colegiata de Toro), así como la vecina catedral Vieja de Salamanca, formando lo que se ha venido en denominar: Los cimborrios del Duero. Debido a sus cúpulas de fábrica de características muy similares. La función militar de la Torre de la Catedral se verá confirmada en diversos sucesos históricos en los que sirvió de bastión.
Colegiata de Santa Marina la Mayor |
Independencia de Portugal
Siendo que la región dejaba de ser frontera de los reinos del Al Ándalus, pronto sería paulatinamente frontera de otro reino cristiano: el Reino de Portugal. La conferencia de paz entre el rey Alfonso VII de León y Castilla y su primo Alfonso Enriques rey de Portugal. Como resultado, el 5 de Octubre de 1143 fue reconocida la independencia del nuevo reino, que quedó reflejada en el Tratado de Zamora, que marca de manera oficial el nacimiento de Portugal como estado independiente. Alfonso VII reconoció como monarca a Alfonso Enriques por su deseo de ser emperador y necesitar, por tanto, reyes que fueran sus vasallos, aunque una vez logrado el reconocimiento, el portugués siguió una línea de completa autonomía. Se establece la denominada raya de Portugal, del que la provincia de Zamora posee una cierta sección. Durante esta época la región fue residencia de los caballeros templarios. Una de las primeras casas de la orden en San Salvador de Toro, extendiéndose posteriormente la orden a ambos lados de la reciente frontera con Portugal. Se produce en 1158 el Motín de la Trucha que se traduce en una revuelta popular urbana acaecida ese mismo año. La rebelión urbana es iniciada en el mercado de la villa por un zapatero y desear comprar una trucha a un despensero denominado Gómez Álvarez de Vizcaya, que intentó dar preferencia a un Noble Castellano en la compra, dicha injusticia causó una rebelión en la que murieron un número indeterminado de nobles de la ciudad. No existen crónicas objetivas y coetáneas que la describan. El caballero Ponce Giraldo de Cabrera que tanto poder hubo adquirido durante el reinado de Alfonso VII y que es denominado Príncipe de Zamora muere en 1169.
El rey Alfonso VIII de Castilla que en un rápido avance hasta las playas del sur, desafía a toda la tropa mora en las playas de Algeciras, sin esperar la llegada de los refuerzos que acuden desde el norte ataca inoportunamente perdiendo en la batalla de Alarcos, haciendo que se desestabilizara por completo al Reino de Castilla y frenara todo intento de reconquista. Las tropas asaltantes lograron devastar la provincia hasta lograr llegar hasta tierras de Alba de Aliste y Castrogonzalo. La situación se mantuvo hasta que en 1212 se presenta batalla en Navas de Tolosa que abre paso a los reinos cristianos al sur de la península. Zamora, Toro y Benavente habían aumentado de población y crecía su protagonismo en forma de juntas de gobierno, construcciones de ejércitos, cortes, etc. De la misma forma aumentó el número de edificios institucionales y religiosos. En 1219 Domingo de Guzmán se instala en Zamora y Toro extendiendo la Orden de Predicadores (Dominicos) por las tierras zamoranas. El Alfonso IX de Leon concede a las huestes zamoranas la posibilidad de incluir el puente romano de Merida junto al brazo de Viriato en el escudo zamorano debido a su participación en la batalla contra Aben-fuit. Dicha gesta y la cesión del monarca castellano se encuentra en una lápida de la Puerta de Olivares. En 1230 firma Alfonso IX la Concordia de Benavente. Su sucesor Fernando III se corona en la ciudad de Toro, estando en Ávila en 1232 confirma los antiguos privilegios concedidos a la ciudad de Toro. Al igual que fue favorecida por Sancho IV de Castilla (sucesor de Alfonso X el Sabio). El primer historiador zamorano, Juan Gil de Zamora, amigo personal de Alfonso X y preceptor de Sancho IV, escribirá dos libros exaltando las glorias de Zamora; al primero lo titula: «Liber de praeconiis civitatis Numantiae» y, al segundo, «Thesis nodosa an Zamora sit Numantia». En esta época se crea en Zamora la Real Cofradía de Caballeros Cubicularios de Zamora encargados de custodiar el cuerpo de los Santos: San Atilano y San Ildefonso.
Siendo rey Fernando IV de Castilla, que en 1302 contraería matrimonio con la infanta Constanza de Portugal, hija del rey Dionisio I de Portugal, se firmó el tratado de Alcañices como un acuerdo bilateral suscrito en 1297 entre el reino de castilla y el reino de Portugal y firmado por el rey Fernando IV “El Emplazado”, en cuyo nombre, por ser menor de edad, actuaba la reina María de Molina, y por el rey Dionisio I de Portugal. Fue rubricado el día 12 de Septiembre de 1297 en el municipio zamorano que le da nombre (en la localidad alistana de Alcañices), dando lugar a una de las fronteras más antiguas de Europa. El duque de Lancaster, pretendiente de la Corona de Castilla con la ayuda del Maestre de Avis que penetran en territorios de Aliste. Bajo las órdenes de Ponce de León las tropas zamoranas con el estandarte de la seña bermeja participaron en la batalla del Salado. Las tropas zamoranas participaron igualmente en el sitio de Gibraltar. En la crónica rimada de Alfonso XI se comienza a ver las desavenencias del rey con los nobles zamoranos en la ciudad de Toro.
Se abre un periodo conflictivo entre los nobles de Castilla que finalizará en el año 1479. En este periodo muchas ciudades de la provincia se encontraban desgobernadas y llenas de bandos, luchando los uno contra los otros. Durante el estallido de la Primera Guerra Civil Castellana entre los partidarios del rey Pedro I (Pedristas) y los de Enrrique II de Castilla (Enriquistas). El comienzo se produce en un concilio que se celebra en el año 1354 en la localidad de Tejadillo, pueblo cercano a Toro, en el que Pedro I instiga a nobles aragoneses. Enrique II logra sofocar este primer intento gracias a la rápida intervención de un ejército armado en Burgos. El resultado final de la guerra, decidido en la batalla de Montiel, resultó favorable a Enrique II de Castilla que fue declarado rey, y la dinastía Trastamara se instaura en Castilla. En este periodo nace en Zamora, Juan de Mella que llegó a ocupar altos cargos en Roma y en la actualidad posee capilla en la Catedral denominada "del Cardenal". Durante el reinado de Enrique IV de Castilla se producen actos contra los judíos que habitan en las ciudades zamoranas. Una de las mayores aljamas de la zona cristiana se encontraba en Zamora. De la misma forma los nobles zamoranos mostraban desarreglo con el rey Enrique IV y era frecuente que hubiese motines y algarabías en Zamora, Toro o Benavente.
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