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Mascaradas de Zamora

Mascaradas de Invierno

La provincia de Zamora conserva numerosos rituales de invierno. Las Mascaradas son una de estas singulares y fotogénicas tradiciones. Sin duda constituyen un raro y privilegiado ejemplo de supervivencia cultural. Estas celebraciones suelen coincidir con el solsticio de invierno, y a veces también tiene lugar durante los carnavales. En cualquier caso, se caracterizan por contar con extravagantes personajes ataviados con curiosas y coloridas indumentarias, diferentes y personalizadas en cada pueblo zamorano.


Mascaradas


Estas Mascaradas de invierno, dado el mal tiempo que hace, no suelen ser multitudinarias. Eso las hace todavía más entrañables, y facilita la realización de buenas fotografías. Estos eventos provienen de antiguos rituales, que han dado lugar a los tafarrones, los zangarrones o los carochos zamoranos. Con estos peculiares monstruos se pretende representar la muerte del año que se va y el nacimiento del nuevo año.


Las características que identifican a estas celebraciones y las relacionan con el resto de cuantas tienen lugar en zonas próximas como Portugal o Galicia, son la presencia fundamental de personajes diablescos que realizan carreras y saltos por las calles del pueblo, metiéndose con la gente o invitándoles a participar en la fiesta. Suelen ser los mozos o jóvenes solteros quienes encarnan a estos personajes y se ocupan de organizar la fiesta y pedir el aguinaldo, siempre acompañados de instrumentos como cencerros, tenazas articuladas, vejigas hinchadas...etc, con los que persiguen, golpean e intentan asustar a la población.

Zangarrón de Montamarta

Entre los pueblos zamoranos que celebran Mascaradas de invierno se encuentran San Martín de Castañeda, con el personaje de la Talanquiera (25 de diciembre); Ferreras de Arriba, con la Filandorra (26 de diciembre); Pozuelo de Tábara, que cuenta con el Tafarrón (26 de diciembre); Santoles y Montamarta, que comparten el Zangarrón como personaje monstruoso (26 de diciembre y 1 de enero, respectivamente); Riofrío de Aliste, que cuenta con Los Carochos (1 de enero) o Sarracín de Aliste, que saca a sus calles a La Obisparra (1 de enero).


Las mascaradas de invierno constituyen uno de esos raros y afortunados ejemplos de supervivencia cultural que aún pueden rastrearse por nuestra península ibérica

Las Mascaradas de invierno en Zamora

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