Arquitectura popular comarca de Sanabria
Sanabria se encuentra al Oeste de la gran submeseta castellano-leonesa. Sobre el paisaje destacan la Sierra Segundera, Gamoneda y la Cabrera Baja, que inician el tránsito a las montañas Galaico-Leonesas, apareciendo como comarca límite entre estas dos áreas. Hacia el Este Sanabria pierde sus características montañosas hasta integrarse en la meseta castellana, con la comarca de Benavente y Los Valles.
El clima de la zona afecta a la situación de los pueblos y su arquitectura, tendiéndose a emplazar en los valles o en media ladera orientada al sur, protegiéndose del viento del Norte. Insertos en este medio físico, los núcleos de población se caracterizan fundamentalmente por la dispersión; los barrios son en esta comarca unidades completamente definidas, ya que los núcleos se componen de barrios diseminados pero relacionados entre sí visualmente y por medio de caminos. Destacan numerosos pueblos que conservan aún su estructura urbana rural, percibiéndose perfectamente sobre el paisaje los modos de asentamiento dispersos e integrados con la naturaleza. Esta estructura se conserva hoy en día, al no haberse producido el fenómeno de la superpoblación y el crecimiento incontrolado que ya se acusa en otras localidades.
El núcleo urbano y referencia de la zona es “La Villa” de Puebla de Sanabria, capital comarcal y catalogada como conjunto histórico, población de interés cultural (BIC). Ribadelago Nuevo es un pueblo atípico de Sanabria; sus casas son blancas, encaladas, edificadas con los materiales previstos para construir en las repoblaciones de Andalucía y el Sur de Extremadura. El Lago de Sanabria y los montes que lo rodean están declarados “paisaje pintoresco”. Villardeciervos está declarado conjunto histórico artístico (BIC), constituye uno de los pueblos mejor conservados en cuanto a arquitectura popular de la comarca.
Sanabria es una comarca rica en patrimonio etnográfico muy valioso, no sólo por el hecho de tenerlo, sino también por su estado “en bruto”, porque todavía, afortunadamente, no se ha intervenido en él destruyéndolo o reformándolo con sistemas y materiales inadecuados. Muchas poblaciones se conservan hoy día intactas, inalteradas, en las que solo el paso del tiempo ha dejado huella degradando la arquitectura tradicional, a pesar de que los materiales de las edificaciones, de naturaleza noble (pizarras, piedra, etc.) resisten duramente el paso del tiempo.
La casa popular sanabresa se compone de dos pisos y se construye con muros de carga de piedra y tejado de pizarra. La cuadra se sitúa en el piso bajo, sobre todo para aprovechar en invierno el calor de los animales. Encima está la vivienda, a la que se accede por medio de una sencilla escalera de piedra, que suele conectarse a un balcón o corredor, resultado de la búsqueda del soleamiento, en algunos casos
abierto y en otros cerrado creando la galería. El espacio interior de la vivienda aparece inicialmente sin compartimentar, generalmente oscura a consecuencia de las reducidas dimensiones de los huecos; el horno forma parte de la cocina o incluso sobresale de la estructura de la casa, apareciendo en el exterior su bóveda característica. Se encuentran muy buenos ejemplos de esta arquitectura en Vigo de Sanabria, Trefacio, Rábano o San Miguel, Manzanal de Arriba o Villardeciervos.
Otro elemento que configura la arquitectura tradicional es el molino de agua que se usa para la molienda (molino del botero San Ciprián de Sanabria), formando una parte característica del paisaje, arrimados a ríos y arroyos. Además del molino, cada pueblo dispone de fragua. Parte esencial son también los puentes y pontones; fuentes, pilones y fontana que se insertan autónomamente en el tejido junto con hornos, fraguas, molinos; son elementos relacionados con la organización de los espacios y que forman parte de las unidades productivas; los cercados de piedra que delimitan las huertas o cortinas, los prados y los pastos se convierten en imagen constante limitando huertos y eras; suelen ser de baja altura, realizados con mampuestos irregulares y colocados sin morteros ni ripios.
El mal estado de conservación de la arquitectura rural, fundamentalmente desde la Guerra Civil, debido en esta época a una pobreza extrema al estancamiento evolutivo y posteriormente la emigración del campesinado a áreas urbanas, ha ocasionado la ruina total y el deterioro. La tendencia es el regreso a las comarcas con carácter vacacional, despreciando la antigua vivienda y conduciendo a la construcción de un modelo unifamiliar basado en materiales de construcción prefabricados que se distancian de la imagen y tecnología tradicionales. Reformadas en algunos casos, nuevas casas dejan atrás casas de piedra y pizarra, desapareciendo el artesanado. Otro factor es el paso del tiempo; la lluvia, el viento y la dureza del invierno, van castigando inexorablemente a la arquitectura tradicional.
Valdespino conjunto urbano parcial barrio de la Iglesia
El núcleo de Valdespino se sitúa en media ladera, en torno a los 1.000 metros de altitud, en una zona con buenos restos de bosque de robles y castaños. El emplazamiento se orienta al sur con ligeras variantes al este.
Valdespino se compone de barrios diseminados pero próximos entre sí, unidos por medio de las calles que llevan los nombres de dichos barrios por los que pasan; el principal es donde se halla la iglesia. Este barrio forma una unidad completamente definida dentro del núcleo; también conocido como Barricima, aparece disperso sobre la carretera en dirección oeste y muy consolidado en torno a la iglesia, siendo uno de los pocos ejemplos de barrios desarrollados en torno al edificio parroquial, que adquiere un carácter focal en el conjunto. La edificación se dispone de manera concéntrica a la iglesia, rasgo no frecuente en estos núcleos. Las visuales desde los diversos ángulos no abarcan el conjunto entero, sino que se va descubriendo secuencialmente, no apareciendo la iglesia en la visión como un monumento en medio del gran espacio.
Tras las edificaciones se vislumbra el pajar, el corral, la huerta o la era, que se sitúan en la parte posterior; el entorno del barrio es un paraje de gran valor paisajístico, tanto por su belleza como por su rica vegetación. El conjunto se compone de la iglesia, pieza de mayor escala que compone el espacio pero no lo domina y junto a ella aparecen dos fuentes y un abrevadero. Concéntricamente se sitúan las viviendas, presentando tipos edificatorios variados.
La iglesia, que ocupa el espacio central del barrio, está construida con sillería de piedra; el pórtico lateral de acceso está formado por columnas de piedra y cubierta de madera, la cubrición de toda la iglesia es de lajas de pizarra. Destaca su buen estado de conservación, es posible que haya sido rehabilitada recientemente. La iglesia se sitúa sobre un basamento de mampostería de piedra con la colocación típica de la zona, en éste basamento se sitúan las fuentes y el abrevadero.
Concéntricamente a la iglesia se sitúan las viviendas, con tipos edificatorios variados y distintos grados de conservación y de antigüedad. Algunas de ellas rompen la estética de la vivienda popular, al ser de construcción reciente, pero el resto responde a la tipología propia de la vivienda tradicional de la comarca: muros de mampostería de piedra, con escalera paralela o perpendicular al acceso, galerías de madera, en algunos casos ya restauradas con barandas metálicas, y cubiertas de pizarra. Alguna de las edificaciones dispone de pajar y corral, la huerta o la era se sitúa en la parte posterior a las viviendas. El barrio presenta distintas situaciones en su estado de conservación.
Algunas de las viviendas son de reciente construcción o rehabilitación y se encuentran en perfecto estado, en alguno de los casos la intervención realizada es poco adecuada en relación a la arquitectura del lugar, no utilizándose los materiales tradicionales, en consonancia con los elementos que les rodean y que muestren una conexión con las referencias del medio rural. Hay casas prácticamente en estado de ruina al haberse hundido el tejado, pero los muros aún se conservan en pie. El interior probablemente esté totalmente destruido. Otras de las casas que componen el barrio se encuentran en un estado de conservación aceptable; la cubrición del tejado ha sido renovada estando en perfectas condiciones, y se ha realizado la sustitución de las carpinterías en algunos casos; posiblemente hayan reconstruido la antigua galería.
Los pajares probablemente hayan sido destinados a cuadra o almacenamiento; se encuentran en un estado aceptable, tanto los muros como la cubierta, pero las puertas de madera están completamente degradadas.
Existen viviendas en mal estado de conservación, pero es destacable su tipología de vivienda tradicional popular, con escalera de acceso y galería, aunque parece que se ha intervenido en ellas parcialmente. Las medidas de conservación para evitar la destrucción y degradación del barrio como núcleo de interés y conservar su valor patrimonial son, entre otras:
Creación de instrumentos de planeamiento urbanístico:
Actualmente el municipio se encuentra desprovisto de ordenanzas y normas urbanísticas municipales que regulen la estructura urbana y controlen la construcción y modificaciones en la edificación; se considera necesaria la creación de un instrumento que, por un lado, desde la globalidad, controle el posible futuro crecimiento de estos núcleos y que, en términos generales, se base en una lectura cuidada del lugar y de la arquitectura popular, mostrando una conexión con las referencias locales y estableciendo un orden mediante sencillos mecanismos compositivos y sistemas de relaciones con las preexistencias, respetando el perfil del núcleo y construir en consonancia, con una práctica sencilla basada en la adaptación al medio natural.
Por otro lado, es necesario regular la construcción y modificación de los inmuebles mediante unas ordenanzas que regulen volumetrías, materiales y sistemas constructivos con el objetivo de promover una arquitectura bioclimática y tradicional y construir en consonancia con la arquitectura popular de la zona, con una práctica sencilla basada en la adaptación al medio rural y evitar operaciones que descontextualicen la forma y la escala e introduzcan elementos que transgredan la cultura del lugar.
Protección del paisaje:
El paisaje circundante cobra un gran protagonismo como espacio que rodea y acoge el conjunto del barrio; las traseras de la viviendas se vuelcan a él con sus corrales y eras, es por ello necesario la conservación y protección de dicho entorno.
Se considera de máxima importancia llevar a cabo las intervenciones por profesionales de restauración de arquitectura urbana rural, proponiéndose la creación de talleres y cursos para profesionalizar dichas intervenciones.
Las labores a realizar tienen el objetivo de garantizar el mantenimiento de las edificaciones y, en la medida de lo posible, su funcionamiento. Se deberán respetar los valores de la topografía, así como los elementos naturales que constituyen el paisaje circundante, considerándose por ello necesaria su protección. El objetivo básico es el mantenimiento de la morfología de la estructura parcelaria atendiendo a su valor arquitectónico y ambiental, evitando los cambios de escala.
San Juan de la Cuesta conjunto urbano parcial barrio de la Iglesia
El núcleo de San Juan de la Cuesta se encuentra situado en media ladera a una altitud de unos 1.200 metros; destaca por su posición de mirador sobre el conjunto del Valle de Sanabria. El conjunto se ordena en torno a un anillo de cultivos, de manera que las edificaciones se reparten diseminadas en pequeños grupos con cierta continuidad entre ellos, manteniendo una relación visual. Los barrios no presentan una densidad importante, favoreciendo la interrelación entre lo edificado y el entorno natural. La relación entre arquitectura y naturaleza es permanente en todos los recorridos.
El conjunto está formado por varios organismos compuestos por la iglesia, la casa rectoral, una agrupación de viviendas organizadas en torno a un patio de gran profundidad y otra vivienda con corral. Las edificaciones han sido en su mayoría rehabilitadas: la iglesia en el año 1990, la casa rectoral actualmente es una casa rural, la vivienda aislada está rehabilitada y del grupo de viviendas la mayoría están arregladas. El conjunto está en general en buen estado de conservación.
La iglesia, que preside el acceso al barrio, está construida con sillería de piedra; el pórtico lateral de acceso está formado por columnas de piedra, la cubrición de toda la iglesia es de lajas de pizarra; destaca su buen estado de conservación (ha sido rehabilitada recientemente). Junto al pórtico lateral aparece una zona ajardinada cercada con un muro de mampostería de piedra. Destaca la singularidad de la volumetría de la torre ligada a la espadaña, de planta circular.
Junto a la iglesia aparecen un grupo de viviendas organizadas en torno a un patio de gran profundidad; algunas de ellas están reformadas, conservan los muros de carga de sillería de piedra y carpinterías de madera. El resto, en particular algunas de las que vuelcan al patio, están en peor estado. Conservan el pajar o cuadra en la planta baja, y en la planta superior se encuentran las viviendas, con la galería de madera casi totalmente degradada, y cubierta de lajas de pizarra; responden a la tipología de vivienda tradicional de la comarca. Una de las casas dispone además de una zona de era con manzanos. La pavimentación del patio es reciente y las viviendas que vuelcan a él forman un conjunto muy atractivo, siendo el patio un elemento dominante en la agrupación, formando un mundo cerrado al margen del exterior, su anchura es pequeña, lo justo para que pasen los carros. A continuación de estas viviendas existen otras dos, una de ellas con corral, también en buen estado de conservación; una de ellas se ha rehabilitado muy recientemente, de manera bastante adecuada y con un buen resultado final; conserva los muros de piedra, la galería de madera se ha arreglado, las carpinterías son de madera y la cubrición de lajas de pizarra.
Tras esta agrupación aparece la antigua casa rectoral, actualmente rehabilitada y en uso como casa rural. El resultado es también bastante adecuado al entorno y en relación a la arquitectura del lugar; muros de piedra, carpinterías de madera, galería de madera y cubrición con lajas de pizarra. Dispone además de una zona de huerto delimitado con un muro de piedra.
Los organismos que generan el conjunto se agrupan sin estar influenciados por el edificio religioso. El espacio resultante es un espacio abierto que no se encuentra pavimentado ni urbanizado, cada pieza tiene funcionamiento propio al margen del resto. El conjunto en general se encuentra en buen estado de conservación. Las medidas de conservación para evitar la destrucción y degradación del barrio como núcleo de interés y conservar su valor patrimonial son, entre otras:
Creación de instrumentos de planeamiento urbanístico:
Actualmente el municipio se encuentra desprovisto de ordenanzas y normas urbanísticas municipales que regulen la estructura urbana y controlen la construcción y modificaciones en la edificación, se considera necesario la creación de un instrumento que, por un lado desde la globalidad controle el posible futuro crecimiento de estos núcleos y que en términos generales se base en una lectura cuidada del lugar y de la arquitectura popular, mostrando una conexión con las referencias locales y estableciendo un orden mediante sencillos mecanismos compositivos y sistemas de relaciones con las preexistencias, respetando el perfil del núcleo y construir en consonancia, con una práctica sencilla basada en la adaptación al medio natural.
Por otro lado es necesario regular la construcción y modificación de los inmuebles mediante unas ordenanzas que regulen volumetrías, materiales y sistemas constructivos con el objetivo de promover una arquitectura bioclimática y tradicional y construir en consonancia con una práctica sencilla basada en la adaptación al medio rural y evitar operaciones que descontextualicen la forma y la escala e introduzcan elementos que transgredan la cultura del lugar.
Creación de un catálogo y ayudas a la rehabilitación:
Creación de un catálogo y de subvenciones para motivar y ayudar a los propietarios a conservar su vivienda, poniendo en valor el conjunto y el sistema constructivo. Rehabilitación de los edificios desocupados para otros usos.
Urbanización del entorno
Protección del paisaje:
El paisaje circundante cobra un gran protagonismo como espacio que rodea y acoge el conjunto del barrio, existe una interrelación entre lo edificado y el entorno natural. La relación entre arquitectura y naturaleza es permanente en todos los recorridos y por tanto fundamental su protección y conservación. Se considera de máxima importancia llevar a cabo las intervenciones por profesionales de restauración de arquitectura urbana rural, proponiéndose la creación de talleres y cursos para profesionalizar dichas intervenciones.
Las labores a realizar tienen el objetivo de garantizar el mantenimiento de las edificaciones y en la medida de lo posible su funcionamiento. Se deberán respetar los valores de la topografía así como los elementos naturales que constituyen el paisaje circundante, considerándose por ello necesaria su protección.
El objetivo básico es el mantenimiento de la morfología de la estructura parcelaria atendiendo a su valor arquitectónico y ambiental evitando los cambios de escala.
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