Corría el mes de julio del año 901, cuando tuvo lugar en la ciudad semurensis la batalla conocida como el Día de Zamora.
La ciudad zamorana era uno de los bastiones cristianos más importantes, pues era frontera con los territorios que obraban en poder musulmán. Zamora que llevaba ya varios años bajo los designios de Alfonso III (considerado por muchos como el primer rey de León) fue rodeada por los ejercitos de Ahmed-ben-Moavia (conocido como Abul Kassin) y tras un fuerte asedió comenzó una batalla que duró cuatro días, en la que perecieron miles de cristianos y musulmanes, finalizando dicho episodio con la victoria de los asediados.
Los zamoranos de entonces no dudaron ni un segundo en decapitar las cabezas de los caudillos musulmanes, y acto seguido colgar todas ellas sobre las murallas y muchos de los tapiales de las edificaciones de la ciudad.
Es más que probable que a raiz de este hecho, la actual calle de Balborraz zamorana adquiriera su denominación. Se cree que en la puerta del recinto murado que daba a la citada rua, se habría colocado la cabeza del caudillo musulmán que asedió la ciudad de Zamora, y que transcurridos los años se la reemplazó por una cabeza en piedra que recordara para siempre tales sucesos.
En lengua árabe "cabezudo" foneticamente suena BAT-BU-RAH y todo parece indicarnos que este vocablo dió origen al nombre de una de las calles más bonitas y representativas no sólo de la ciudad o la provincia de Zamora, sino de toda la tierra leonesa: la calle de BALBORRAZ.
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