La Puerta de Doña Urraca: Umbral de Historia y Leyenda en Zamora
La Puerta de Doña Urraca es un emblema de la vieja Zamora, un vestigio imponente que remite a su condición de “ciudad bien cercada” medieval. Construida en el siglo XII como parte del primer recinto amurallado de la ciudad, su testimonio ha perdurado hasta hoy en excelentes condiciones.
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Vista frontal de la Puerta de Doña Urraca desde el exterior, mostrando los torreones semicurvos y el arco de medio punto |
Nombrada Bien de Interés Cultural en 1874, la puerta se alza protegida por dos robustos torreones sobre los que se abre un arco de medio punto. Su diseño destaca por la masiva escalinata hacia el interior y el relieve policromado (hoy muy desgastado) de la reina Urraca asomada a una ventana, recordando el famoso grito “Afuera, Rodrigo…” de la tradición literaria.
Historia y contexto medieval
La historia de esta puerta se entrelaza con la de las murallas zamoranas, levantadas en varias fases entre los siglos X y XIII. Según la tradición, el primer cercado monumental se inició en el reinado de Alfonso III a fines del siglo X, aunque el acceso actual, parte del segundo o tercer recinto, consolidó su fisonomía románica en el XII. Tras la muerte de Fernando I (1065), su hija Urraca asumió el gobierno de Zamora y resistió el largo asedio de su hermano Sancho II (el 1072), un episodio inmortalizado en el Romancero del Cerco de Zamora. De hecho, según el relato legendario, Doña Urraca recibió en esta misma puerta la oferta de rendición del Cid (capitán de Sancho), a la que respondió con un portazo digno de reina. A lo largo de los siglos ha recibido varios nombres: Puerta de Zambranos, de la Reina (siglo XIV) y finalmente Puerta de Doña Urraca (siglo XVII), en honor a su famosa gobernante zamorana.
Descripción arquitectónica
La Puerta de Doña Urraca conserva dos sólidos torreones cilíndricos construidos en sillería (se desgastan hacia la base) flanqueando un gran arco de medio punto. Este arco, construido con dovelas de pequeño tamaño, comunicaba con una calle interior estrecha que ascendía hacia la ciudad vieja. Encima del arco se observa hoy una lápida del siglo XVI recordando la realeza local.
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Vista frontal de la Puerta de Doña Urraca desde el exterior, mostrando los torreones semicurvos y el arco de medio punto |
El conjunto forma un cuerpo compacto, prácticamente completo salvo por los remates superiores perdidos, que se integraba con un fuerte lienzo de muralla en ambos lados. Junto a la puerta se conservan restos de las edificaciones colindantes: hoy se ha restaurado parcialmente el antiguo Palacio de Doña Urraca, situado en lo alto del adarve, que hoy alberga un centro de interpretación del patrimonio zamorano.
Defensa de Zamora y Doña Urraca
En la Edad Media esta entrada norte se consideraba el acceso más importante a Zamora, defendiendo la puerta no sólo contra posibles invasiones cristianas o musulmanas, sino incluso ante el conflicto dinástico familiar. Bajo el sitio de 1072, Doña Urraca y su corte se situaron en las inmediaciones de esta puerta, usando su posición estratégica para organizar la resistencia. La leyenda cuenta que desde aquí la reina Urraca conminó al Cid Campeador a levantar el cerco (“Afuera, Rodrigo…”), reflejando el carácter indomable de la ciudad medieval. Tras el fin del asedio con la muerte de Sancho II, este lugar quedó en la memoria colectiva de Zamora como símbolo de su valentía y unidad ante la agresión.
Leyendas y tradiciones populares
La Puerta de Doña Urraca ha alimentado numerosos romances y tradiciones locales. El Romancero Viejo de la “Bien Cercada Zamora” la menciona explícitamente como escenario de la entrevista entre Urraca y Rodrigo Díaz de Vivar. Así, el portal aparece en la poesía popular como testigo mudol del episodio más célebre del cerco: la invocación de la reina para echar a “Rodrigo el orgulloso castellano”. En consecuencia, el monumento está repleto de anécdotas sobre los días del asedio, celebrándose incluso en la memoria colectiva zamorana visitas guiadas y explicativas sobre esta reyerta medieval. Más allá de la ficción poética, en la puerta y sus alrededores surgen leyendas urbanas y referencias literarias que alimentan el interés de visitantes y estudiosos de la historia local.
Conservación, restauraciones y patrimonio vivo
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Toma en primer plano de la puerta y torreón, ideal para apreciar detalles de sillería y desgaste |
A lo largo del tiempo la puerta ha pasado por etapas de abandono y de restauración. Como Bien de Interés Cultural (desde 1874) estuvo protegida desde el siglo XIX por la Comisión de Monumentos, que supervisó varias reparaciones clave. En 1879, alertado el Ayuntamiento de su inminente ruina, se inició la primera gran intervención financiada por dicha Comisión, consolidando muros y contrafuertes para evitar su demolición. Desde entonces se han sucedido intervenciones puntuales (por ejemplo en 1521 y en el siglo XX) para conservar la estructura original. Hoy la Puerta de Doña Urraca forma parte de los itinerarios turísticos y culturales de Zamora, con acceso libre y señalización informativa. Su conservación y restauración reciente la mantienen como foco del patrimonio urbano: un espacio donde se aún se respira historia viva, y que continúa recibiendo a vecinos y viajeros interesados en la leyenda de su reina medieval.
Fuentes: Documentos históricos y guías locales (patrimonio de Zamora) romanicozamora.eszamoranews.comturismocastillayleon.comlasexta.comresearchgate.net, así como literatura académica y artículos divulgativos sobre el cerco de Zamora zamoranews.comlasexta.com. Estos textos reflejan la riqueza histórica y cultural asociada a la Puerta de Doña Urraca y su entorno.
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