El nombre que ostenta el hoy Palacio de Justicia de la Ciudad de Zamora, tiene una denominación un tanto extraña para los propios zamoranos, así como para los que a nuestra ciudad acuden en visita. El palacio se erigió a principios del siglo XVI, por parte del Comendador de la orden de Santiago en Peñausende Don Pedro Rodríguez Ledesma. En la época en la que fue levantado este edificio civil toda esta zona de la ciudad del Duero, y pese a encontrarse dentro del ámbito amurallado, no disponía de una copiosa población. Sin embargo, y gracias al apoyo que los zamoranos dispensaron a los Reyes Católicos en la batalla de Toro-Peleagonzalo, donde se derimían los derechos sucesionales de Isabel la Católica, este área de la urbe zamorana sufrió un importante impulso constructor, al tiempo que la ciudad fue dotada de un nuevo edificio concejil por parte de los católicos monarcas (El Viejo Ayuntamiento).
Existen varias teorías en cuanto al porqué de su denominación, pero en primer lugar hemos de explicar que eran los MOMOS. Se entendía por momos a unos danzantes disfrazados como hombres peludos o monos, que ejecutaban bailes de tipo burlesco-alegórico y que estuvieron de moda durante la Edad Media y el Renacimiento en el Reino de León, y también en el de Galicia, Castilla, y los reinos que conformaban la Corona Aragonesa. Estas danzas tenían lugar tanto en ambientes de cortesanos, como en festejos y ceremonias públicas y privadas. Además de la danza teatral de los momos, existieron otras representaciones durante estos periodos que se acompañaban mediante algún tipo de baile, de las que cabe citar: la cascarda, la palonella, la moresca, y la baja y la alta entre muchas otras.
Por estas tierras leonesas tenemos mención escrita de tales acontecimientos teatrales "momísticos", por parte del clérigo leonés Martín Pérez en su "Libro de las confesiones" (1312-1317), donde el autor esgrime que estas danzas emanarían de otras representaciones dramatúrgicas anteriores que ya se celebraban en la Grecia Clásica, y cuyo significado iría ligado a la fecundidad de la tierra y la encarnación de los muertos. Por otro lado siendo esta una tierra de numerosas mascaradas, no es de extrañar que las danzas de momos gozaran de gran popularidad por nuestros ancestros, por lo que de similar tenían con respecto a los ritos que en todos nuestros pueblos aún se siguen celebrando desde tiempos inmemoriables.
Sea como fuere, y retomando el tema de las teorías acerca de su denominación, existen dos posibilidades. La primera dice que en la plaza de la Maternidad o Zorilla donde se encuentra el palacio, sería el lugar de representación de esos teatros, y por ello cuando se construyó el edificio palaciego, éste recibiría ese nombre (tesis poco probable pues como hemos dicho con anterioridad esta zona zamorana no estaba practicamente habitada, y la plaza probablemente se construyó después de hacerlo el palacio). La segunda dice que los dos personajes que sujetan el escudo en la parte central de la fachada, serían dos de aquellos danzantes o momos, con los que los zamoranos y el propio comendador de Peñausende, estarían vastamente familiarizados en la época (nosotros nos decantamos claramente por esta segunda).
EL PALACIO DE LOS MOMOS
La fachada es de una gran riqueza decorativa y presenta un exhaustivo repertorio iconográfico. Se encuentra realizada en el estilo artístico denominado gótico florido. Es una fachada asimétrica, con una portada de medio punto de grandes dovelas, que parten de una arquivolta de bolas y puntas de diamante.
Enmarcando este arco de la puerta principal, nos encontramos un alfiz, con escudos lisos en sus enjutas y justo encima de estos otro con las armas de los Sanabria, Velasco, Herrera y Enríquez (aparecen en la imagen de esta publicación en la esquina inferior izquierda), sujeto por dos MOMOS y coronado todo ello por un yelmo, una maza, dos niños luchando y varios dragones. A sendos lados de este elemento central, se abren dos ventanas simétricas geminadas y con un bello parteluz, rematadas por motivos vegetales y figuras zoomórficas. En este mismo cuerpo, se abren otros tres vanos similares en diseño, aunque más pequeños que los anteriores.
El cuerpo inferior tiene a ambos lados de la puerta, ventanas adinteladas enmarcadas por veneras y bolas. Toda la fachada es recorrida por una cadena a la que se enganchan sucesivas cabezas de león, como símbolo del reino al que pertenece la tierra zamorana (Reino de León). De igual modo, y al tratarse su promotor de un personaje de primer rango de la Orden de Santiago, todo la fachada tiene su símbolo por antonomasia, la concha.
La plaza de su entorno (actualmente llamada de Zorrilla) fue lugar de mercado, y de celebración de fiestas y espectáculos del concejo de Zamora. Fue declarada Monumento Histórico por Real Orden el 14 de noviembre de 1922.
Fuente: https://www.facebook.com/ZamoraNoEsCastillaEsLeonesaAPerpetuidadd
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