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Las cofradias de la cruz

Articulo de: Riofrío de Alsiete

«Hielos en la Cruz de Mayo hacen daño»

El 3 de mayo se celebra la Fiesta de la Santa Cruz y por tanto fiesta de las antiguas Cofradías de la Cruz, actualmente renombradas como Vera Cruz.

La costumbre que ha existido siempre el día 3 que se celebra la Santa Cruz , en Riofrío la fiesta de la Cofradía de la Vera Cruz, el mayordomo «da el vino» a todos los pertenecientes a la cofradía que quisieran asistir. Antes iban con sus jarras y después se lo llevaban para casa.

Aunque las cofradías suelen ser asociaciones piadosas bajo la advocación de un santo patrón y de marcado carácter religioso estas de La Cruz también vienen a ser una manifestación más de la vida y costumbres básicamente comunales en Aliste que prácticamente agrupaban a todo el vecindario.

Entierro en Bercianos de Aliste. Fotografía de Rafael Sanz Lobato

Muchas de estas «confradías», como se denominan en Aliste han ido desapareciendo, pero la Cofradía de la Cruz es una de las que todavía perduran. Aún siguen cumpliéndose dos de sus fines primordiales, el acompañamiento de los socios al entierro de los «confrades» y el nombrar personas entre los hermanos que se encarguen de cavar la fosa en el cementerio donde aún se siga enterrando en tierra, cada vez va siendo más habitual hacerlo en nichos.

En definitiva, todo lo que se refiere a enterramientos corre a cargo de la cofradía de la Cruz, que existe en todos los pueblos y en la que acaban ingresando todos los vecinos aunque en un principio la formaban los casados, después acogía también a solteros, a partir de determinada edad, hacia los 40 años.

Se hacía frente a los gastos de las mismas de dos maneras fundamentalmente: con las fincas y prados que poseían algunas de ellas, que se arrendaban y con la cuota de pertenencia de los cofrades. Precisamente el vino que daba la cofradía el día de Santa Cruz en nuestro pueblo, se pagaba con el dinero del arriendo, en este caso, del Prao del Cristo perteneciente a la cofradía, muy cerca de un molino propiedad de la iglesia.

Los Estatutos fundacionales de la mayoría datan de principios del siglo XVIII, aunque hay alguna más antigua como la de Alcorcillo, constituida en 1.675.

Entierro en Bercianos de Aliste. Mujeres con toquilla y velas. Fotografía de Rafael Sanz Lobato

Antes se desenvolvían bajo la atenta supervisión del sacerdote de la parroquia, los cargos más representativos eran los de Juez y Mayordomo, responsables principales de su buen funcionamiento.

El mayordomo de la iglesia, que va por turno anual y sucesivo de quintas, pasa, al año siguiente de su mayordomía a mayordomo de la Cofradía de la Cruz o Vera Cruz, y al siguiente a juez de la Cofradía, responsable de que se excaven las sepulturas de los difuntos y del rezo de los rosarios que tienen asignados: tres, a continuación de la misa, el primer domingo después de la defunción. El juez acompaña en los entierros con la vara de la cofradía que consiste en una especie de bastón alto de madera con una cruz en el extremo. Tenía antiguamente además un sitio preferente en la iglesia.

El juez era el encargado de disponer todo lo referente al entierro, nombrando a varios vecinos del pueblo para que abran la sepultura, conduzcan el cadáver y otros para el enterramiento. Estos nombramientos se procura que sean por turno «a la roda», que es alterado con frecuencia por una justa causa, sin que estas alteraciones produzcan quejas entre los cofrades, presentándose con desinterés a servirse unos a otros en ausencias, enfermedades, etc.

Antiguamente, cuando ocurría una defunción... «el juez se ponía de acuerdo con el cura sobre la hora del entierro, y se avisa a todos los cofrades para que asistan a la conducción del cadáver con una vela de la cofradía que, el juez, mayordomo entregan a cada uno. Después del entierro se reza a la puerta de la casa del difunto o de la iglesia, según costumbre de cada pueblo, primero el sacerdote con la vara de la cofradía en la mano mientras dirige el rezo, y después el mayordomo, quien para tal efecto recibe la vara del sacerdote, retirándose al terminar la oración los asistentes.

Cementerio de Riofrío de Aliste. Fotografía de JB

El juez y el mayordomo recogían las velas, las guardan en arcas de la iglesia y hacían el recuento de los que faltan, para imponerles las multas de una libra de cera a cada uno. Todas estas multas las recaudaba el juez.»... (Costumbres Comunales de Aliste de Santiago Méndez Plaza, 1.897).

También antiguamente, de la herencia de cada cofrade ha de salir, en primer término, veintidos reales para cera y seis para gastos de abrir la sepultura, que es lo que llamaban el rompimiento. Estas cuotas, así como las recaudadas por multas, obran en poder del juez, y cuando falta cera para reponer las velas hace la compra necesaria.

En la Cofradía de la Vera Cruz, además de la cuota de admisión, se paga otra de salida, tras el fallecimiento del cofrade, por parte de sus familiares.

«Por Santa Cruz, la viña ya reluz»
«Por la Cruz de mayo empieza la espiga a engendrar el grano».
«Por la Santa Cruz, toda vida reluz».
«Por santa cruz, los campos verdes y las rosas de color».


Articulo extraido de Riofrio de alaiste 
 
Mi agradecimiento y reconocimiento a Riofrio de Aliste y a Jose Maria Arguedas es Sayago Y Aliste por permitirme difundir este maravilloso documento de nuestras tradiciones, constumbres y arquitectura. 
 

 J.M.S  

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