DECADENCIA DEL IMPERIO ROMANO
Entre el 29 y el 19 a. C. se producen las Guerras Astur-Cantabras que afectan a la población de la provincia, debido a que asiste al movimiento de tropas romanas. Durante el mandato de Octavio Augusto la región se encontró libre de conflictos, denominándose la paz octaviana. La península quedó nuevamente demarcada y la provincia se encontraba en la frontera entre la tarraconense y Lusitania. En este periodo de calma se propagó el cristianismo por los diversos pueblos la provincia. Ayudado por los caminos existentes, construidos en la época de decadencia romana (tal y como se describen en el Itinerario de Antonio), estos caminos dan pie a la creación de rutas comerciales importantes entre los pueblos del norte y del sur de la península.
Las invasiones bárbaras de diversos pueblos del norte (visigodo, alano y suevo) provocaron la caída del imperio romano de occidente. Uno de los pueblos predominantes que cruzaron los pirineos introduciéndose por la península ibérica al mando de Ataulfo, los visigodos, establecen su capital en Toledo. Leovigildo, su sucesor, mantuvo combate con los habitantes del reino de León y tras ello en forma de castigo tala los árboles de los capos góticos (en la actualidad: Tierra de Campos). Los pueblos germanicos, según los cronistas de la época, pronto «cambiaron la espada por el arado y se hicieron amigos» En la provincia de Zamora entraron los suevos y alanos, a las órdenes de Hermerico (héroe victorioso de la batalla de los montes Nervasos en León) y pone su capital en la antigua ciudad romana Bracara Augusta (actual Braga en el norte de Portugal). Pronto se convierten del arrianismo al cristianismo. Los visigodos fueron poco a poco tomando terreno a los suevos. El rey Walia anexa lusitania al imperio visigodo.
PERIODO VISIGOTICO
Entre los siglos IV y VI existió un territorio semi-autónomo denominado Sabaria. Ubicado entre los reinos Suevo y Visigodo. Dicha semiautonomía se reflejaría en la acuñación de moneda propia, pero esto parece ser una confusión con la ceca visigoda de Senimure-Semure, la Zamora actual. Sabaria cae en manos de Leovigildo. El primer rey visigodo que gobierna la provincia completa es Eurico, imponiendo las leyes teodoricianas a la región. El periodo visigótico llevó a una progresiva cristianización de la zona, levantando una nueva forma constructiva de iglesias en la ciudad de Zamora, algunos ejemplos como son la de Santa Leocadia, San Pedro de la Nave. Durante estos siglos, las mismas vías de comunicación fijadas previamente por los romanos, fueron empleadas y mantenidas por los visigodos. Existiendo una continuidad en los núcleos de población desde la desaparición de Roma hasta la Alta Edad Media. Las vías pecuarias (denominadas cañadas) se establecen en esta época. Las menciones más antiguas de Zamora datan de la época visigótica; en las Actas del Concilio de Lugo celebrado en 569, que aparece bajo la forma Semure, y se hace referencia a una de las iglesias pertenecientes a la diócesis de Astorga.
A mediados del Siglo VIII llegan los árabes a la desierta ciudad de Zamora, la toman bajo su dominio y denominarían Azemur “olivar silvestre” (en árabe se dice: azemur زيتون) y Samurah “ciudad de las turquesas”. Los pobladores cristianos que permanecieron fueron respetados siempre que consintieran en pagar sus impuestos, el resto emigró al norte.
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