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Historia de la provincia de Zamora. Part 6

ZAMORA DURANTE LOS PRIMEROS BORBONES: SIGLO XVIII

Durante la Guerra de Sucesión, los territorios zamoranos fueron leales al nuevo rey Borbón Felipe V. Las tropas zamoranas protegieron la frontera con Portugal por Alcañices y Carbajales. Durante el periodo de conflicto se arruinaron algunos sectores industriales incipientes, como fueron los telares de Carbajales y Alcañices. Felipe V deslazó diversos especialistas desde Navarra, Toledo, Segovia para que reactivara la industria textil en la región. El Conde-Duque de Olivares, tras perder el favor de Felipe IV, decide en 1645 pasar sus últimos días en la ciudad de Toro alojado en la casa del marqués de Alcañices, lugar donde finaliza sus días. En 1602 llega a la ciudad de Zamora el rey Felipe III acompañado de su esposa Margarita de Austria. Muchas de las principales localidades acusan el terremoto de Lisboa de 1755, viéndose afectadas las estructuras de edificios con desperfectos diversos.

Conde Duque de Olivares

Es Carlos III quien concede el 12 de diciembre de 1772 a Zamora el título de la "Muy noble y muy leal ciudad". Se emprenden reformas urbanas importantes en las ciudades de Toro, Benavente y Zamora. De la misma forma, establecen industrias: fábricas de salitre, de botones, sombreros. Un año después promulga una prohibición de sacar imágenes en caso de sequías, algunas celebraciones litúrgicas tradicionales en la ciudad de Zamora quedan abolidadas: un caso es la festividad de las Cuarenta Horas. Se celebra en febrero de 1778 y en el Consistorio de Zamora la primera reunión de los Sociedad Económica de Amigos del País. En 1788 la ribera del Duero sufre una crecida que afectó a la producción agrícola y facilitó la evolución de diversas enfermedades contagiosas. En España se comienza a construir una red viaria, con estructura radial, que dejará a los principales centros económicos de la región en una periferia que afectará al desarrollo económico y social futuro de la misma.


Carlos III


LA PROVINCIA DE ZAMORA EN EL SIGLO XIX




La provincia de Zamora, aparece denominada como tal, por primera vez en el censo de Floridablanca de 1789. En 1809 al hacerse la división de España con departamentos la provincia de Zamora se refunde con la de Salamanca, pasando Salamanca a ser su capital. En 1822 vuelve la provincia a su composición original. Quedando configurada, aproximadamente tal y como se conoce en la actualidad, en la división territorial realizada el 30 de noviembre de 1833, que por Real Decreto se determina su composición en 196 pueblos repartidos en siete partidos judiciales: Alcañices, Benavente, Bermillo de Sayago, Fuentesaúco, Puebla de Sanabria, Toro y Zamora. Se agregó un año más tarde en mayo de 1834 el partido de Villalpando. La superficie de la provincia ocupa tras esta división, un poco más del 2 % de la superficie de España. En lo judicial la provincia fue sujeta a la Audiencia Territorial de Valladolid. La capital, Zamora, posee a mediados del siglo XIX apenas 12 000 habitantes e inicia un lento proceso de modernización. En 1897 es cuando se creó la primera Junta de Cofradías para la celebración Semana Santa.






LA PROVINCIA EN LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA


El motín de Aranjuez acaecido el 18 de marzo de 1808 por las calles de esta localidad y el ascenso al trono de Fernando VII (tras la abdicación de Carlos IV) trajeron como consecuencia el levantamiento del 2 de mayo. Durante la Guerra de la Independencia en 1808 la provincia tuvo un destacado protagonismo por haber sido zona de paso de los ejércitos que traspasaban la frontera de Portugal. La producción de trigo y cebada en gran proporción fue dedicada a suministro de alimentos de la Grande Armée de Napoleón. La sublevación contra las tropas francesas se produjo el 2 de junio, la revuelta estuvo dirigida por el zapatero Jacinto Herrero. Existe discrepancia sobre esta fecha, debido a que las actas del consistorio mencionan el 31 de mayo de ese mismo año. En la capital se forma una Junta de Armamento y Defensa de Zamora y el General Gregorio García de la Cuesta publica una proclama requiriendo el alistamiento a los zamoranos. A pesar del alzamiento la Junta de Gobierno se encontraba en comunicación con el gabinete de la Suprema Junta de Gobierno de Murat en Madrid. El día 8 de junio se procede al alistamiento de armas, y mediante orden consistorial se ordena aprovisionar plomo para elaborar munición en las cercanías del castillo de Zamora. Parte de los abastecimientos parten, por orden del General Cuesta a Valladolid.



General Gregorio Garcia de la Cuesta

Los zamoranos salieron al encuentro de las tropas Napoleónicas en Villagodio, sobre el río Valderaduey, a tres kilómetros de la ciudad, donde trabaron con los franceses una sangrienta y desigual pelea que duró tanto como la luz del día; viéndose al fin en la necesidad de retirarse cerca del anochecer ante su situación de inferioridad manifiesta, tras contar con la pérdida de ciento treinta zamoranos muertos y doble número de heridos, no sin antes haber causado bastantes bajas en las filas enemigas. La temeraria hazaña es recordada mediante un obelisco conmemorativo, en el que figura la siguiente leyenda:

Los zamoranos de 1908 dedican esta inscripción a los héroes del 6 de enero de 1809. Este monumento fue erigido en 1819

Tras la batalla de los Arapiles el ejército francés se bate en retirada a los Pirineos. Se constituye el 10 de octubre de 1813, siguiendo lo dispuesto en la Constitución de Cádiz la Diputación Provincial de Zamora, siendo su primer presidente José Pintón de Lorenzana. De igual forma el norte de la provincia se ve inmersa en una terrible persecución que involucra a cincuenta mil soldados de infantería entre tropas francesas (lideradas por el mismo Napoleón Bonaparte) e inglesas (lideradas por el General John Moore) en lo que se denomina la Carrera de Benavente. Las tropas inglesas alertadas por la gran masa de soldados y caballería que se acerca desde Madrid, deciden retirarse a toda velocidad a La Coruña pasando por el río Esla y volando el puente de Castrogonzalo. La carrera finaliza en la batalla de Elviña al pie de la capital coruñesa con la muerte del general John Moore.


Batalla de Elviña


Las últimas décadas de del siglo XVII forman un periodo crítico para los territorios zamoranos, llegando a ser comparado como uno de los peores de su historia moderna. La marginación de las principales vías de comunicación, el comercio precario, plagas y enfermedades, la guerra de sucesión. Todo esto desembocó en un estacionamiento en el crecimiento poblacional desde 1693 hasta 1713.



REINADO DE ISABLE II


El 15 de diciembre de 1833 se proclama en la Plaza Mayor como reina a Isabel II. Ese mismo año los partidarios de Carlos María Isidro de Borbón y los liberales que apoyaban a la reina Isabel II (oración incompleta!). En 1833 se produce la primera Guerra Carlista y la provincia de nuevo es lugar de paso a ejércitos de la contienda. En 1835 entra en Zamora una división portuguesa de siete mil efectivos al mando del barón das Antas para apoyar a los liberales. Las tropas carlistas comandadas por Miguel Gómez Damas habían llegado hasta Palencia. Finalmente no se confrontaron.


Isable II


El 18 de Agosto de 1835 en una procesión solemne se traslada la Cruz de la Carne desde San Benito a la Iglesia de la Catedral, lugar en el reside hasta la actualidad.

La desamortización de Mendizabal hace desaparecer algunos monasterios e iglesias en la provincia. Debido a la influencia de los gobiernos liberales se crea una Escuela Normal en Zamora dedicada a la formación de los profesores de primaria de la provincia. la primera Escuela Normal de Maestros se crea en Madrid el 8 de Marzo de 1839: Seminario Central de Maestros del Rino, siendo su primer director el pedagogo zamorano Pablo Montesino (con el apoyo político de Gil de Zarate). En 1841 se pone al frente de la primera Escuela Normal en Zamora Matías Tundidor, uno de los primeros ex-alumnos en Madrid del Seminario Central.

En la década de 1850 se inicia la construcción de las carreteras de Valladolid y a Galicia. Llega el ferrocarril a la provincia, inaugurándose la Estación del Ferrocarril de Zamora el 20 de Marzo de 1864, al mismo tiempo que la Línea Medina del Campo-Zamora, perteneciente a la Compañía Medina-Zamora-Orense-Vigo (MZOV). El tramo de vía inaugurado se pretendía que fuera el primer tramo del ferrocarril directo a Galicia. Justo cuando entra en el gobierno, por segunda vez el toresano Claudio Moyano (impulsor anteriormente de la ley que lleva su nombre)... (Oración incompleta!). A finales del siglo XIX se dota a la ciudad de corriente eléctrica. Se construye en Zamora la plaza de Toros. La provincia es asolada durante este periodo con las pandemias de cólera que causa un par de millares de muertos.

El periódico denominado el Correo de Zamora tuvo su primera tirada el 1 de febrero de 1887, por lo que es uno de los periódicos más antiguos de la provincia de Zamora. Su origen fue una iniciativa del Círculo Tradicionalista de Zamora, que con su lanzamiento pretendió crear una nueva publicación que diera réplica a otros diarios existentes en su ámbito. Su primer número costó cinco céntimos de peseta, y durante un tiempo compartió cabeceras con El Heraldo y el Imperio, a los que finalmente terminó absorbiendo. Un cierto recuerdo de lo que fue la provincia comienza a retratarse en una publicación de la época titulada: Zamora ilustrada que inicia andadura en 1881. En la década de 1870 se produce en España una plaga de filoxera que ataca a los viñedos de la provincia causando una fuerte disminución en la producción vitivinícola de la provincia. Sus efectos devastadores, junto con la difícil erradicación, mantuvieron "en jaque" la economía de ciertas zonas vitivinícolas españolas hasta comienzos del siglo XX.








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